viernes, 27 de enero de 2017

Diferentes puntos de vista



 Aunque aparentemente no lo parezca, estas dos esculturas tienen un mismo protagonista: David; el mismo que venció al gigante Goliat incrustándole una piedra en la frente con su honda. La primera figura es obra del pintor y escultor italiano Michelangelo, perteneciente al movimiento renacentista; mientras que la segunda, fue ejecutada un siglo después por el también pintor y escultor italiano Gian Lorenzo Bernini, que está englobado ya dentro del barroco. 
Así, en la primera imagen nos encontramos con un David totalmente bello y natural, que se encuentra en una posición tranquila y relajada, suponiendo entonces que representa el momento anterior a lanzar la piedra (que se encuentra en su mano derecha). En esta obra, el objetivo del artista es lograr la perfección del hombre: la belleza y los increíbles detalles físicos que logra con esta famosa escultura es algo digno de admirar, destacando sobretodo elementos como el rostro, la musculatura, el cabello rizado o la curvatura en la posición del cuerpo, la llamada curva praxiteliana.
Sin embargo, en la segunda imagen se muestra un David en una posición mucho más atlética, forzada: la acción se detiene en el momento en el cual el protagonista lanza la piedra, destacando así la fuerza y el esfuerzo que hace este para acertar con su tirada. Estos elementos se encuentran, por ejemplo, en la expresión de la cara: el personaje se presenta con los labios apretados y el ceño fruncido; a parte de la propia posición del cuerpo: la postura de los brazos en disposición a lanzar y las piernas, con la musculatura tensada, y separadas de modo que sea más sencillo coger impulso y cordinarse con su brazo para así ejecutar el golpe. Al contrario que la escultura de Michelangelo, en esta escultura lo que Bernini pretende destacar no es la belleza exterior del hombre, sino la acción que este ejecuta. Muestra un nuevo espíritu de David en el que simplemente es un joven como cualquier otro, que intenta salvar su vida y su destino con la presión de poder fallar; al contrario que en la escultura anterior, donde David se muestra con una posición totalmente segura. Aquí encontramos una gran diferencia entre el idealismo y el escepticismo de ambas épocas y obras.
De esta manera, aún teniendo las grandes diferencias ya presentadas y relacionadas con los términos del idealismo propio del renacimiento, al que se adapta el David de Michelangelo -se muestra una visión optimista e idealizada del arte, con el objetivo de ser disfrutado y de mejorar a la sociedad destacando lo hermoso y natural- y el escepticismo que se hace notar en el barroco, que está también presente en la obra de Bernini; estas dos esculturas tienen también similitudes como es que ambos artistas hayan recurrido a los modelos de escultura clásicos: desnudos y musculosos; así como el tema de la obra, que se inspira en la historia de David y Goliat que se encuentra en la Biblia. 


1 comentario:

  1. Gran idea comparar dos esculturas del mismo personaje. Muy buen análisis.

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