jueves, 22 de junio de 2017

rima XIV

 Te vi un punto y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura, orlada en fuego,
que flota y ciega si se mira al sol.

Adonde quiera que la vista clavo
torno a ver sus pupilas llamear;
y no te encuentro a ti; no, es tu mirada;
unos ojos, los tuyos, nada más.

De mi alcoba en el ángulo los miro
desasidos, fantásticos lucir;
cuando duermo los siento que se ciernen
de par en par abiertos sobre mí.

Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche
llevan al caminante a perecer;
yo me siento arrastrado por tus ojos,
pero adónde me arrastran, no lo sé.


Este poema pertenece al poeta romántico español Gustavo Adolfo Bécquer, y se encuentra dentro de su composición poética cumbre, Rimas, siendo ésta la número XIV y se formando parte de las rimas amorosas.

Así, la voz poética comienza hablando en primera persona dirigiéndose a un  al que ha visto recientemente y de cuyos ojos se ha quedado prendado. Hace un primer símil al comparar dichos ojos con una mancha oscura, para explicar hiperbólicamente mediante metáforas cómo se ha quedado grabado en su memoria ("orlada en el fuego, que flota y ciega si se mira al sol") y el gran impacto que han causado en él. 

En la segunda estrofa, explica también cómo esos ojos le persiguen adonde quiera que vaya de tal manera que no puede sacárselos de su mente, no puede dejar de pensar en ellos; mas va un paso más allá e introduce que sí es cierto que ve esos ojos, pero no ve la mirada. Esto es un dato muy relevante ya que lo que realmente habría cautivado al yo poético para que se haya enamorado tan fugaz y fuertemente fue la mirada de la persona en cuestión y los sentimientos que ésta le transmitía, que aparentemente ha desaparecido o al menos disminuído dejando sólo los órganos, como si en un cuerpo se esfumase el alma de la persona de tal manera que sólo quedase eso, cuerpo.

Posteriormente, la voz se traslada esta vez a su habitación, donde sigue contemplando esos ojos que continúan sin abandonarle, pero esta vez se encuentran desasidos, es decir: desinteresados, desapegados; y vuelve a hacer hincapié en lo mucho que le persiguen a él al afirmar que le contemplan hasta mientras duerme.

Por último, la cuarta y última estrofa, hace nombra a los fuegos fatuos, definidos como inflamaciones de ciertas materias que se elevan de las sustancias animales o vegetales en putrefacción formando pequeñas llamas que se observan en el aire, refiriéndose con esos fuegos a los ojos -que son el símbolo principal del poema- que afirma que "llevan al caminante a perecer", es decir: que matan. Así, como explica en los dos últimos versos a modo de conclusión, él se identifica con dicho caminante y se siente arrastrado por los ojos, pero desconcertado a la vez por no saber exactamente qué es lo que le lleva a estar en esa situación, no comprende cuál será el final de ese camino, no sabe cómo va a acabar esa historia. 

Con este poema tan breve y sencillo, Bécquer es capaz de transmitir gracias a recursos como sus magníficas metáforas, comparaciones, un vocabulario específico que agrupado produce cierto placer auditivo gracias también a ese tono que consigue mediante algún hipérbaton y combinando cortas frases con oraciones que ocupan hasta dos versos, hacer una hermosa composición en la que destaca un símbolo en especial, los ojos, y donde explica al lector cómo se siente hacia ellos, consiguiendo que éste sea capaz de entenderle, comprenderle, y disfrutarlo. 

miércoles, 21 de junio de 2017

Mark

Trainspotting es una novela de 1993 escrita por el británico Irvine Welsh. El autor consigue, mediante un lenguaje coloquial con abundantes vulgarismos, recrear unas imágenes que reflejan en su totalidad la Escocia de la época, donde la sociedad está estrictamente relacionada con las drogas, el alcohol, sus consecuencias y un estilo de vida bastante catastrófico.
El argumento de la novela trata de un grupo de chicos, los chicos del jaco como se hacen llamar que, efectivamente, se encuentran todos en una situación de adicción a la heroína aunque también es cierto que no sólo consumen dicha droga, sino que además beben alcohol frecuentemente y sin moderación, toman otros tipos de drogas y todo esto mientras están de fiesta en el mejor de los casos o, incluso incumpliendo la ley. Todos disfrutan este estilo de vida, les divierte, les hace felices. Menos uno. Renton, al igual que Sick Boy, Begbie o el resto, como se ha dicho anteriormente sigue ese estilo de vida descontrolado, mas él llega más allá. Se infravalora muchísimo a sí mismo, pero el libro refleja, además de esas crudas imágenes de una generación perdida, la mente de Mark, todo lo que él llega a pensar aunque no sea consciente de ellos. Es el personaje más profundo de la obra ya que, a diferencia de los otros, él a pesar de estar sumido en esa vida, quiere salir de ella, pero ya no encuentra fuerzas. En los dilemas yonquis, Renton transmite desolación, desesperación, se encuentra atrapado y no sabe cómo salir, y al no tener fuerzas para ello, decide ni siquiera intentarlo. De esta manera cuando finalmente tiene el valor de coger ese dinero, abandonar a los que en el fondo él sabía que no podía considerar amigos e irse lejos para comenzar una nueva vida, el lector -y sobre todo si se ha encariñado con el personaje- se da cuenta y, es más, disfruta de la evolución que ha tenido éste a lo largo de la obra, de tal manera que ha conseguido emerger de ese pozo sin fondo en el que creía encontrarse y luchar por lo que quiere: cambiar.
En conclusión, sí es cierto que el objetivo de la novela es hacer ver que no todo es idílico, que la situación de la Escocia de la época es bastante precaria, mas adentrándose un poco más el lector es capaz de, por un momento, convertirse en Mark y entenderlo pero sobre todo, compadecerlo.

viernes, 9 de junio de 2017

En mi oficio o mi arte sombrío...



Este poema del autor británico Dylan Thomas, 1914-1953, corrobora su estilo particular, que toma como principal herencia vanguardista las imágenes donde tienen gran relevancia los sueños y lo imaginario. Así, con este pequeño fragmento cuyo esquema métrico se basa en dos estrofas de once y nueve versos respectivamente, predominando los versos heptasílabos en la versión inglesa del poema y sin una rima determinada, el autor trata de explicar al lector el porqué de su oficio, y por qué lo denomina él un arte sombrío.

En mi oficio o mi arte sombrío

ejercido en la noche silenciosa
cuando sólo la luna se enfurece
y los amantes yacen en el lecho
con todas sus tristezas en los brazos,
junto a la luz que canta yo trabajo
no por ambición ni por el pan
ni por ostentación ni por el tráfico de encantos
en escenarios de marfil,
sino por ese mínimo salario
de sus más escondidos corazones.

No para el hombre altivo

que se aparta de la luna colérica
escribo yo estas páginas de efímeras espumas,
ni para los muertos encumbrados
entre sus salmos y ruiseñores,
sino para los amantes, para sus brazos
que rodean las penas de los siglos,
que no pagan con salarios ni elogios
y no hacen caso alguno de mi oficio o mi arte.

Y su versión original en inglés:


In my craft or sullen art
Exercised in the still night
When only the moon rages
And the lovers lie abed
With all their griefs in their arms
I labour by singing light
Not for ambition or bread
Or the strut and trade of charms
On the ivory stages
But for the common wages
Of their most secret heart.

Not for the proud man apart
From the raging moon I write
On these spindrift pages
Nor for the towering dead
With their nightingales and psalms
But for the lovers, their arms
Round the griefs of the ages,
Who pay no praise or wages
Nor heed my craft or art. 



De esta manera, observamos que ya en el primer verso, Thomas nos introduce el tema que va a tratar, su trabajo, su poesía: y lo primero que nos dice de ella en los versos siguientes a través de distintas imágenes metafóricas, es que tiene lugar en un período del día concreto, la noche. Así, nos encontramos con las ya nombradas imágenes metafóricas como cuando sólo la luna se enfurece, y menciona también a una pareja que está tumbada en cama, compartiendo sus tristezas. 

Posteriormente, en los siguientes versos donde predomina el polisíndeton de la conjunción ni, da los motivos de por qué hace él ese trabajo, ese arte: y dice que la verdadera razón no es la ambición, el simple hecho de ganarse la vida, ni por ganar ningún tipo de fama (para esto, usa otra imagen bastante interesante que es el tráfico de encantos en escenarios de marfil) o cariño, sino que su verdadera recompensa es llegar al corazón de sus lectores. 
Continúa también en la segunda parte su razonamiento acerca del motivo de su oficio, haciendo referencia esta vez a elementos anteriormente nombrados, como son la luna colérica referida a ...la luna se enfurece de la primera estrofa, así como los amantes, a los que vuelve a poner como principales receptores de su poesía, la cual ni siquiera logra hacer que se desvanezca la tristeza que estos abarcan.