miércoles, 21 de junio de 2017

Mark

Trainspotting es una novela de 1993 escrita por el británico Irvine Welsh. El autor consigue, mediante un lenguaje coloquial con abundantes vulgarismos, recrear unas imágenes que reflejan en su totalidad la Escocia de la época, donde la sociedad está estrictamente relacionada con las drogas, el alcohol, sus consecuencias y un estilo de vida bastante catastrófico.
El argumento de la novela trata de un grupo de chicos, los chicos del jaco como se hacen llamar que, efectivamente, se encuentran todos en una situación de adicción a la heroína aunque también es cierto que no sólo consumen dicha droga, sino que además beben alcohol frecuentemente y sin moderación, toman otros tipos de drogas y todo esto mientras están de fiesta en el mejor de los casos o, incluso incumpliendo la ley. Todos disfrutan este estilo de vida, les divierte, les hace felices. Menos uno. Renton, al igual que Sick Boy, Begbie o el resto, como se ha dicho anteriormente sigue ese estilo de vida descontrolado, mas él llega más allá. Se infravalora muchísimo a sí mismo, pero el libro refleja, además de esas crudas imágenes de una generación perdida, la mente de Mark, todo lo que él llega a pensar aunque no sea consciente de ellos. Es el personaje más profundo de la obra ya que, a diferencia de los otros, él a pesar de estar sumido en esa vida, quiere salir de ella, pero ya no encuentra fuerzas. En los dilemas yonquis, Renton transmite desolación, desesperación, se encuentra atrapado y no sabe cómo salir, y al no tener fuerzas para ello, decide ni siquiera intentarlo. De esta manera cuando finalmente tiene el valor de coger ese dinero, abandonar a los que en el fondo él sabía que no podía considerar amigos e irse lejos para comenzar una nueva vida, el lector -y sobre todo si se ha encariñado con el personaje- se da cuenta y, es más, disfruta de la evolución que ha tenido éste a lo largo de la obra, de tal manera que ha conseguido emerger de ese pozo sin fondo en el que creía encontrarse y luchar por lo que quiere: cambiar.
En conclusión, sí es cierto que el objetivo de la novela es hacer ver que no todo es idílico, que la situación de la Escocia de la época es bastante precaria, mas adentrándose un poco más el lector es capaz de, por un momento, convertirse en Mark y entenderlo pero sobre todo, compadecerlo.

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