jueves, 11 de mayo de 2017

La cama veintinueve

La cama 29 es un relato del naturalista francés Guy de Maupassant, en el cual hace una crítica a la sociedad propia del Naturalismo, y acorde también con estas características, se centra en mayor medida en la descripción tanto física como psicológica -aunque en este ejemplo destacan las descripciones físicas, sobre todo por parte de la figura del capitán y también la de Irma cuando ya está enferma- de los personajes y también haciendo hincapié en la localización de la historia, Rouen, ante la importancia de la intriga en la trama.
Así, en este duro relato el protagonista es el Capitán Epivent, un hombre que destaca por su gran porte y su atractivo; y por esta razón conoce al otro personaje principal de la historia, Irma, cuando esta pasa delante de él con picardía en una cafetería con el objetivo de que éste se fije especialmente en ella, aunque todas las mujeres efectuaran un disimulado movimiento de cabeza para poder observar al atractivo Epivent. Finalmente Irma, que mantenía ya en realidad una especie de relación con el señor Templier-Papon, un adinerado fabricante, consigue que el Capitán se fije en ella y comienzan también una relación en la que ambos presumen el uno de el otro y de su relación, y se narra también en el relato -como un elemento nuevo- la pasión de su relación en un lenguaje muy directo; mas tras haber pasado un buen periodo de relación, el Capitán fue enviado a la guerra nada más empezar esta, abandonando así lógicamente a Irma. Al acabar la guerra, Epivent vuelve a Rouen, y recibe para su sorpresa una carta firmada por su amante -a la que había estado buscando-, pidiéndole que fuera a verla al hospital en el que se encontraba ya que había caído enferma. En un principio, él acude lo antes posible y con gran voluntad y preocupación hacia Irma, pero el sentimiento que él creía sentir hacia ella cambia cuando la enfermera le conduce a la habitación donde se encontraba, en la que destacaba un cartel sobre la puerta de entrada que tenía escrito "sifilíticas". En este momento, el tono del relato cambia completamente hasta el punto de que la propia descripción de la habitación y las mujeres que allí se encontraban le producen al lector una sensación de incomodidad e incluso repulsión hacia la escena. Cuando llega a la cama donde se encontraba Irma, la cama número 29 -de ahí el título-, se encuentra a una mujer completamente diferente a la que había dejado antes de partir a la guerra; y ella le cuenta, con gran emoción por ver por fin a su amado, que ha cogido esa horrible enfermedad ya que había sido violada por dos hombres prusianos, y añade también que continuó acostándose con esos hombres como venganza para que también ellos sufriesen al caer enfermos. El Capitán Epivent, desesperado ya por salir de esa habitación, termina por besar a Irma en la frente después de que esta se lo pidiera efusivamente en varias ocasiones. En esta imagen se produce la máxima representación del Naturalismo y el Realismo, con la dureza del vocabulario usando palabras como repugnancia y palidez como elementos que no deberían normalmente relacionarse con algo positivo como sería un beso en una pareja. La mujer pide volver a verle y el Capitán accede en un primer momento, mas después de la mala experiencia que ya había pasado en el hospital, y de los numerosos comentarios burlescos de sus compañeros al descubrir la enfermedad que padecía la que había sido su amada y sobre todo, la versión que cuentan de cómo la ha cogido, no vuelve a acudir hasta que en un último intento, Irma le ruega que vaya a verla ya que su vida no durará mucho más. El hombre acude pero en vez de consolarla y comportarse, por lo menos, amablemente, consigue que se enzarcen en una discusión cuando éste le reprocha a la mujer que le haya convertido en el hazmerreír por haberse acostado con tantos hombres en su ausencia. En este momento en el que se muestra el despreciable carácter del Capitán, el carácter de Irma cambia también a uno más duro, fuerte, cuando le contesta con dureza que ella ha matado a más enemigos que él y con más valentía, que ella ha sido la que ha conseguido efectuar una buena venganza, a diferencia de él. Finalmente, muere pocos días después.
Lo que más me ha asombrado de este relato ha sido la dureza con la que se narran los hechos y sobretodo la realidad que se refleja, la personalidad terriblemente interesada del Capitán y la fuerza que consigue desarrollar en un último momento Irma a pesar de estar enferma; un duro retrato que a diferencia del Romanticismo, nos da una visión desagradable del amor, y de las personas que lo efectúan, o afirman efectuarlo.

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